
Los Mossos de Barcelona han culminado una investigación iniciada hace cinco años que permitió detener a un hombre de nacionalidad española y de 44 años, que realizaba hurtos y robos con violencia a gente de edad avanzada haciéndose pasar por un falso operario del gas. El operativo finalizó el pasado día 22 de junio a un domicilio de Getafe, donde se ocultaba.
La investigación se remonta al año 2012 cuando los agentes tuvieron acceso a una información según la cual un hombre se dedicaba a entrar en domicilios particulares de personas mayores con mucha habilidad haciéndose pasar por operario del gas y con el objetivo de sustraer dinero y joyas. Tras una exhaustiva investigación el Grupo de multirreincidentes de la AIC logró detenerlo en la localidad de Algeciras y se consiguió su ingreso en prisión.
El autor aprovechó un permiso penitenciario en el año 2013 por no reingresar en prisión y evitar cumplir la condena pendiente, aunque los primeros hechos delictivos se remontan al año 2003. A partir de ese momento, volvió a retomar su actividad delictiva entre Barcelona y Madrid: viajaba entre las dos ciudades para cometer robos de las mismas características. Para no ser identificado y detenido -ya que tenía órdenes de detención judicial que conllevaban su reingreso en prisión- utilizaba la identidad de su cuñado. Finalmente, los investigadores pudieron situar en la localidad madrileña de Getafe donde vivía con su pareja sentimental actual y lo detuvieron.
Para cometer los robos siempre actuaba de la misma manera: de entrada procuraba hacerlo por medio de un hurto pero a veces utilizaba la violencia cuando la víctima se daba cuenta del robo. Entonces le propinaba fuertes empujones o golpes con el fin de asegurarse la huida del domicilio. El autor actuaba solo, hablaba en castellano o catalán, dependiendo de la lengua que utilizara la víctima e iba siempre con una carpeta o portafolios con la excusa de hacer la revisión del gas y así poder moverse por todo el piso sin control en busca de objetos de valor. Su trato afable servía para generar confianza en la gente mayor. Incluso, hay un caso en que una de las víctimas le invitó a comer, aunque no lo aceptó para evitar que algún familiar pudiera detectar.
Todas las víctimas eran personas de edad avanzada, con una media de edad situada entre los 65 y los 92 años. En total, se contabilizaron 17 víctimas, 16 mujeres y 1 hombre. Entre joyas, dinero y otros objetos sólo en los hechos delictivos investigados el botín supera los 160.000 euros. El detenido pasó a disposición judicial el día 25 de junio y el juez decretó su ingreso en prisión.