
Los ataúdes y las coronas de flores eran cambiadas en el último momento antes de llevar a cabo la incineración por otros más baratos, revendiendolos posteriormente a otras familias. La estafa en el grupo funerario El Salvador de Valladolid se ha dado a conocer en una investigación en la que, por el momento, se ha detenido a una quincena de personas, entre dueños y trabajadores. En la operación policial, denominada Ignis, han participado hasta 76 agentes que han intervenido una cantidad próxima al millón de euros, que fue hallado en la casa de uno de los ejecutivos de la empresa. Además, se realizaron otros seis registros domiciliarios en las viviendas de trabajadores.
La operación se conocía a primera hora de ayer, cuando a las ocho de la mañana 76 agentes de la policía nacional registraron los domicilios de los implicados y la sede de la funeraria, el tanatorio y el cementerio, donde están los crematorios, todos ellos propiedad de la misma familia. La Policía prevé una avalancha de denuncias, ya que la investigación cubre defunciones realizadas desde hace veinticinco años.
Ayer prestaron declaración los quince detenidos. El juez ha decretado prisión sin fianza para el dueño de la funeraria. Para su hijo, también encarcelado, pide una fianza de 800.000 euros. Los detenidos están acusados de estafa, fraude a la Hacienda Pública y pertenencia a organización criminal.
La denuncia parte desde 2017 cuando un empleado denunció las prácticas irregulares. Desde la funeraria se afirma que se trata de un chantaje realizado por el antiguo empleado que dijo querer cobrar una cantidad de dinero a cambio de no revelar las presuntas estafas.