
ACN.-La familia de la víctima del crimen de la Guardia Urbana asegura que los dos principales acusados, los agentes Rosa Peral y Albert López, mataron al también agente Pedro Rodríguez para evitar que este revelara detalles sobre un operativo policial donde murió un vendedor ambulante en Montjuïc el año 2014. Según el escrito presentado por la acusación particular, adelantado por la Vanguardia y al que ha tenido acceso la ACN, este fue el motivo principal que desencadenó los hechos del mayo de 2017, cuando Rodríguez apareció calcinado dentro de un coche cerca del pantano de Foix. La acusación particular también destaca que la relación sentimental entre Peral y Rodríguez no pasaba por un buen momento, y advierte que ella matarlo para evitar que la abandonara. La familia los considera coautores de un delito de asesinato con alevosía y pide 25 años de prisión para cada uno.
En el escrito entregado ayer jueves, la acusación particular recuerda que el agente de la Guardia Urbana de Barcelona Rosa Peral mantuvo tres relaciones sentimentales vez: con su marido, con Albert López y con Pedro Rodríguez -los dos agentes de la urbana-. A finales de 2016, ella se separaba de su marido y formalizaba la pareja con Rodríguez, «a pesar seguía manteniendo encuentros sexuales con Albert López». La acusación destaca que López desarrolló una «fuerte enemistad» hacia Rodríguez.
Al mismo tiempo, la familia de la víctima constata que, a principios de 2017, la relación de pareja entre Peral y Rodríguez no pasaba por un buen momento, hasta el punto de que él «se planteaba romperla». «Rosa Peral no soportaba la idea de que la abandonara», destaca el escrito de acusación, en especial referencia al temor de quedarse sola a las puertas del juicio del caso conocido mediáticamente como ‘Pornovenjança’.
Según la acusación particular, Peral también temía que Rodríguez rompiera la relación por si él «aireaba entre la Guardia Urbana los datos que conocía de un suceso con un mantero en Montjuïc». El escrito recuerda así que, en agosto de 2014, Peral y López participaron en un operativo contra la venta ambulante en el que resultó muerto un hombre que cayó por un terraplén. Aquellos hechos desencadenaron una investigación judicial y, según los familiares de Rodríguez, ella le había confesado que López había tirado el hombre montaña abajo «de forma intencionada».
Ante la posibilidad de que Rodríguez rompiera la relación y decidiera revelar los detalles que conocía de aquel operativo, sostiene la acusación particular, «los dos investigados habían pensado la posibilidad de acabar con la vida de él». El escrito señala que la tarde del 1 de mayo de 2017 los dos se pusieron de acuerdo para matar Rodríguez, después de que éste discute con Peral y le dijera que la dejaría.
«Somnoliento y semi inconsciente»
Según la familia, Peral y López decidieron que cometerían el crimen cuando Rodríguez «estuviera dormido bajo los efectos de algún calmante o medicamento que incrementara su somnolencia y semi inconsciencia». De este modo, los dos acusados quedaron que Peral avisaría López cuando la víctima estuviera profundamente dormida. Poco antes de las tres de la madrugada, relata la acusación particular, López entró en la casa de ella en Vilanova y la Geltrú saltando la valla y ambos mataron Rodríguez «sin que tuviera la más mínima posibilidad de defenderse «.
Respecto el método del crimen, sin embargo, el escrito abre varias posibilidades: que golpearan al hombre con un hacha o algún otro objeto contundente, que la estrangula entre los dos, o bien que hicieran ambas cosas para asegurarse de que habían acabado con su vida. Con el crimen consumado, la acusación relata que ambos investigados intentaron hacer desaparecer cualquier prueba y recuerda que intentaron incriminar al ex marido de Peral como autor de los hechos. En este sentido, condujeron hasta la Bisbal del Penedès, donde vive el ex marido, utilizando el móvil de Rodríguez para que el rastro de la señal el situara allí.
Poco después, Peral y López llevaron el coche de Rodríguez con su cadáver en el interior hasta una pista forestal cerca del pantano de Foix, donde le prendieron fuego «hasta la práctica destrucción de cuerpo para eliminar cualquier prueba o evidencia de lo que había sucedido «.
25 años de cárcel y 10 de libertad vigilada
La acusación particular considera que Peral y López son coautores de un delito de asesinato con alevosía, por lo que pide que cada uno sea condenado a una pena de 25 años de prisión, más 10 años posteriores de libertad vigilada. La petición es similar a la que esta misma semana ha planteado la Fiscalía, que pide 24 años de prisión para López y 25 para Peral, entendiendo que ella cuenta con un agravante de parentesco con la víctima.