Los Mossos utilizan por primera vez la pistola eléctrica en Tarragona para reducir a un vecino de Alcover que amenazaba con suicidarse

Mossos realizando prácticas de uso de la pistola Taser con un agente que se presta a ser "víctima" equipado con protecciones. / Laura Fígols

ACN .-Los Mossos han utilizado la pistola eléctrica por primera vez en la región policial del Camp de Tarragona para reducir e inmovilizar un hombre de 34 años que amenazaba con quitarse la vida en Alcover (Alt Camp). Los hechos ocurrieron el 20 de abril cuando, hacia las tres y media de la madrugada, la policía recibió el aviso de que un vecino con diversas enfermedades mentales diagnosticadas había anunciado su intención de suicidarse. Los agentes lo localizaron en la calle Obispo Barberá del municipio, pero tuvieron que extremar las precauciones porque estaba muy alterado y blandía una herramienta de carpintería con una larga hoja de acero cortante. Además, llevaba una botella de vidrio con alcohol y presentaba muestras evidentes de ir bebido, mientras amenazaba que se cortaría el cuello y que se llevaría alguien por delante.
En una ocasión anterior el hombre ya intentó agredir a los agentes y otras personas con un arma blanca, y en el pasado también le constaban varias tentativas de suicidio. Tras intentar calmarlo, uno de los agentes tuvo que hacer uso del Dispositivo Conductor de Energía (DCE) que tenía asignado para evitar que el hombre se lesionara a sí mismo o a otras personas. Antes de poder inmovilizarlo y de trasladarlo en ambulancia hacia un centro psiquiátrico, consiguió hacerse un pequeño corte en el cuello.

Según el Cuerpo de los Mossos, la utilización por primera vez en la región policial del Camp de Tarragona de la pistola eléctrica, un dispositivo TASER X2, se hizo siguiendo el protocolo establecido. La normativa prevé la grabación de imágenes y sonido desde el momento que se procede a su uso mediante una cámara fijada en el pecho del uniforme del agente.

Una herramienta a medio camino entre el arma de fuego y la defensa

En una entrevista con la ACN, el jefe de la región policial del Camp de Tarragona, el intendente Ramón Chacón, explica que estos dispositivos son «una herramienta más» a medio camino entre el arma de fuego y la defensa reglamentaria o la reducción con las manos. El intendente apunta que este tipo de dispositivos se suelen utilizar con personas que se encuentran «fuera de sí» y que, en otras circunstancias, para reducirlas harían falta «tres, cuatro o cinco policías que pueden generar lesiones tanto para unos como para otros «.

Chacón detalla que la policía tiene tres requisitos básicos para utilizar las pistolas eléctricas: avisar al ciudadano que se hará uso del dispositivo contra él, informarle de que la actuación quedará registrada por el dispositivo personal de grabación y llevar un desfibrilador externo para garantizar la asistencia médica a la persona contra quien se haya aplicado la descarga.

Los dispositivos conductores de energía de la policía catalana son de un color amarillo llamativo que tanto la ciudadanía como los agentes que intervengan en la actuación puedan identificar con claridad que no se está haciendo uso de un arma de fuego. Según el intendente, personas multirreincidentes o que se muestran agresivas con otras personas acostumbran a deponer la actitud cuando el policía le advierte que hará uso y desenfunda la pistola eléctrica.

Todos los movimientos quedan registrados en un software encriptado

Además, Chacón subraya que el sistema está «muy fiscalizado» y que ofrece las máximas garantías al ciudadano. Y es que todas las acciones que se hacen con la pistola eléctrica -poner o quitar el fiador, disparar o repetir la descarga- quedan registradas en un software encriptado que no se puede manipular. Cada vez que hacen uso del dispositivo, los Mossos hacen un atestado que se envía al juzgado y ponen las imágenes a disposición de una comisión de videocontrol.

Las pistolas eléctricas se empezaron a implantar en Cataluña el pasado septiembre con el objetivo de reducir el tiempo de inmovilización, garantizar el uso de la mínima fuerza indispensable y reducir el sufrimiento, tanto de quien recibe la descarga como de los mozos que intervienen en la actuación. Las Taser las llevan los jefes de turno y los grupos especializados que apoyan en el ámbito de la seguridad ciudadana.

El último recurso en caso de necesidad extrema

El dispositivo transmite pulsos eléctricos de alto voltaje y bajo amperaje que afectan a las capacidades motoras de quien recibe la descarga y el paralizan. Las Taser que incorporan los Mossos están programadas para que hagan una descarga de un máximo de cinco segundos. A partir de aquí, el policía debe volver a apretar el gatillo si los primeros impulsos eléctricos no han sido suficientes. Aunque abarcan hasta una distancia de siete metros y medio, la distancia óptima para que sean efectivas oscila entre los tres y los cinco.

Los Mossos emplean la pistola eléctrica como un elemento intermedio a la hora de reducir un sospechoso en un cuerpo a cuerpo cuando la mediación, el diálogo y la negociación no han tenido efecto. Los policías usan las Taser ante una situación extrema de necesidad y gravedad.

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