Preocupación por el aumento del 35% de los incidentes violentos en las cárceles catalanas

Cárcel del Puig de les Basses, en Figueres. / Foto: Marina López

ACN.-El sindicato CCOO ha criticado una vez más el aumento de los incidentes violentos en las cárceles catalanas, que durante el primer trimestre de este 2019 han aumentado cerca de un 35%, pasando de 104 a 140. Así, durante el primer trimestre de este 2019 se han producido un total de 140 incidentes, frente a los 104 del año pasado y los 81 del 2017. de estos, 26 fueron graves, o sea que conllevaron la baja médica del trabajador, lo que supone duplicar la cifra de 2018 y aún más la de 2017, cuando hubo 11 incidentes graves con baja médica. Los incidentes violentos fueron 112, con 61 agresiones a trabajadores, 54 leves y sed graves, y 51 tentativas de agresión, 41 leves y diez graves.
Según datos de la Consejería facilitados a CCOO y ACN, la cárcel con más agresiones fue la de Brians 1, como es habitual, con 24, todas leves, además de doce intentos de agresión. Cuatro Caminos sufrió 21 incidentes violentos, diez agresiones, nueve de las cuales leves, y once tentativas, tres de las cuales graves. Pero el tercer centro más conflictivo fue el de Puig de les Basses, en Figueres, con muchos menos internos, con 14 agresiones, cuatro de las cuales graves, y seis intentos. Esto supone un 62,5% del total de incidentes violentos registrados en 2018 en esta prisión.

Brians 2, la cárcel más grande del país pero dedicada principalmente a presos preventivos y de buen comportamiento, registró 14 incidentes, once tentativas leves y tres agresiones leves. El Centro de Jóvenes, cerca de Cuatro Caminos, registró cinco agresiones leves y dos tentativas leves. Mas d’Enric, en Tarragona, y Poniente tuvieron siete incidentes cada una. No hay datos sobre la cárcel de mujeres de Wad-Ras, en Barcelona, ​​ni la de Lledoners, en Sant Fruitós de Bages.

Con estos datos, CCOO quiere evidenciar que hay un aumento de la peligrosidad por los trabajadores de prisiones, y recriminan a la administración que no haya tomado suficientes medidas efectivas. Teniendo en cuenta que la población reclusa total es similar a años anteriores, los sindicatos quieren que este aumento del perfil violento de los internos se aborde con algún plan de choque. Así, critican que la política penitenciaria «ignora la virtud de la disuasión y no desincentiva el uso de la agresión por parte de los internos». El sindicato pide revisar el protocolo de aplicación del régimen cerrado, que en 2016 se restringió de forma importante.

Otro factor determinante, según el sindicato, es que más de la mitad de la plantilla, de un total de 3.300 personas, tiene más de 50 años y tiene que gestionar internos con una edad media muy inferior, ya que el 60% son menores de 40. Esta situación se agrava en los centros de jóvenes, donde el 63% de la plantilla de interior tiene más de 50 años y deben ocuparse de internos de menos de 25. los funcionarios más recientes tienen como al menos diez años de experiencia, y la mayoría tienen 20 o 30. Cada año entran 50 o 60 refuerzos para suplir las jubilaciones o fallecimientos.

Datos anuales

Según las cifras oficiales facilitadas a los sindicatos por la administración, en todo 2016 se registraron 313 incidentes y 263 tentativas de agresión; en 2017 las cifras subieron hasta 411 y 335, respectivamente, y en 2018 llegaron a 503 y 424. Además, la cantidad de incidentes graves (agresiones directas, tentativas graves y lesiones con baja laboral) pasó de los 46 del 2016, a los 57 de 2017, y los 95 del 2018. otra de los datos que destaca CCOO es la de las agresiones directas de internos con voluntad de dañar los trabajadores, que pasaron de las 103 en 2016, a las 144 el 2017, y en las 186 del año pasado, de las cuales 147 fueron leves y una cuarentena fueron graves, lo que significa que conllevaron la baja laboral.

También ponen de manifiesto que dos centros, Cuatro Caminos y Brians 1, continúan siendo los «agujeros negros», dicen, porque concentraron en 2018 casi el 48% de las agresiones e intentos de agresión. En 2017, sin embargo, acaparaban el 60% de los incidentes.

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