
Un cajero automático ubicado en la estación de metro de Bond Street «se ha vuelto loco» y ha empezado a lanzar billetes de 20 libras ante la mirada asombrada de los viajeros. Un vigilante de seguridad ha corrido para evitar que el dinero que lanzaba de forma ininterrumpida fuese a bolsillos que nada tenían que ver ni con el cajero ni con el banco. El problema se originó cuando alguien tecleó de forma errónea una suma muy elevada de dinero que el cajero no supo procesar debidamente. El cliente que utilizaba el cajero llegó a colocar su mochila bajo la boca del cajero generoso y llegó incluso a «barrer» con los pies los billetes para que no se dispersasen por las instalaciones del metro.